Un navegante francés desapareció en Fisterra hace un mes, su velero está fondeando cerca del muelle
S. G. RIAL - La voz de Galicia 17 de enero de 2013
Jean-Marc Grollier, un navegante francés al que sus amigos en el pueblo llamaban Gulliver por sus constantes viajes por el mundo, desapareció de Fisterra hace un mes sin dejar rastro. En el muelle sigue fondeado su yate, el Yemanja, un velero de 14 metros en el que llevaba viviendo cinco años. La Guardia Civil investiga sobre su paradero.
Las pesquisas sobre su estancia en Fisterra llevan hasta el sábado 15 de diciembre. Fue la última vez que lo vieron los que trataban habitualmente con él. Paraba a diario en el bar Lecer, en la calle Real, donde aprovechaba para conectarse a Internet. De hecho, su ordenador quedó en este local hasta que, hace unos días, fueron a buscarlo los agentes de la Guardia Civil.
El barco también lo dejó abierto, y el móvil, cargando en el interior. Eso se supo mucho después. De hecho, una amiga que llegó al aeropuerto de Santiago poco antes de Navidad para verlo, como habían quedado, llamó a su número en repetidas ocasiones, pero sin recibir respuesta, y se volvió a su país.
Supo más tarde que había desaparecido cuando su red de contactos, desde Fisterra, envió correos electrónicos a amigos y posibles allegados. Fue de hecho un fisterrán el que alertó a la Guardia Civil, inquieto por la tardanza en verlo, a pesar de que el barco, único yate fondeado en la actualidad en Fisterra, seguía donde estaba. El martes quedó precintado por los agentes.
Al barco le falta la zódiac auxiliar, en la que se movía para acercarse al pueblo a diario. Es algo que extraña bastante en la localidad, ya que es muy complicado que estas lanchas se hundan. Tal vez (es una hipótesis) fue a dar a algunas rocas y alguien la llevó. Dos conocidos incluso inspeccionaron los alrededores y el fondo del barco, pero no vieron nada. Grollier, bretón, nacido en 1967, llevaba en Fisterra dos o tres semanas, aunque había estado más veces en los últimos años. Planeaba dirigirse hacia Canarias, Senegal, Gambia y tal vez Brasil, según anuncia en una web en busca de posibles clientes para el viaje, como ya había hecho en otras ocasiones. Quienes lo trataban hablan de él como una «gran persona», simpática y accesible.
S. G. RIAL - La voz de Galicia 17 de enero de 2013
Jean-Marc Grollier, un navegante francés al que sus amigos en el pueblo llamaban Gulliver por sus constantes viajes por el mundo, desapareció de Fisterra hace un mes sin dejar rastro. En el muelle sigue fondeado su yate, el Yemanja, un velero de 14 metros en el que llevaba viviendo cinco años. La Guardia Civil investiga sobre su paradero.
Las pesquisas sobre su estancia en Fisterra llevan hasta el sábado 15 de diciembre. Fue la última vez que lo vieron los que trataban habitualmente con él. Paraba a diario en el bar Lecer, en la calle Real, donde aprovechaba para conectarse a Internet. De hecho, su ordenador quedó en este local hasta que, hace unos días, fueron a buscarlo los agentes de la Guardia Civil.
El barco también lo dejó abierto, y el móvil, cargando en el interior. Eso se supo mucho después. De hecho, una amiga que llegó al aeropuerto de Santiago poco antes de Navidad para verlo, como habían quedado, llamó a su número en repetidas ocasiones, pero sin recibir respuesta, y se volvió a su país.
Supo más tarde que había desaparecido cuando su red de contactos, desde Fisterra, envió correos electrónicos a amigos y posibles allegados. Fue de hecho un fisterrán el que alertó a la Guardia Civil, inquieto por la tardanza en verlo, a pesar de que el barco, único yate fondeado en la actualidad en Fisterra, seguía donde estaba. El martes quedó precintado por los agentes.
Al barco le falta la zódiac auxiliar, en la que se movía para acercarse al pueblo a diario. Es algo que extraña bastante en la localidad, ya que es muy complicado que estas lanchas se hundan. Tal vez (es una hipótesis) fue a dar a algunas rocas y alguien la llevó. Dos conocidos incluso inspeccionaron los alrededores y el fondo del barco, pero no vieron nada. Grollier, bretón, nacido en 1967, llevaba en Fisterra dos o tres semanas, aunque había estado más veces en los últimos años. Planeaba dirigirse hacia Canarias, Senegal, Gambia y tal vez Brasil, según anuncia en una web en busca de posibles clientes para el viaje, como ya había hecho en otras ocasiones. Quienes lo trataban hablan de él como una «gran persona», simpática y accesible.
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